martes, 14 de mayo de 2013

¿Eres adicto a la salsa?

Al principio no sabes bailar, según aprendes cada vez te gusta más y más... y más y más; perfeccionas tus movimientos y sales porque quieres practicar ese nuevo giro que te han enseñado en la academia o que has visto en Internet.

No sabes cómo ha ocurrido pero un día alguien te dice de broma ¡eres adicto a la salsa! y piensas que quizás sí :) ¡¡bienvenidas adicciones tan sanas y divertidas!! 

Te dejamos una lista te puede ayudar a ver si ya eres un adict@ más.


Recuerdas perfectamente cómo y cuándo fue tu primera experiencia con la salsa.
 • Ya no escuchas la radio sino todos tus cd o mp3 de salsa.
• El coste de las clases de salsa y la entrada a la disco son parte permanente de tus gastos mensuales.
• Tu novio/a no comprende la relación “estrictamente platónica” que tienes con tu compañero/a de salsa porque no puedes esperar a la próxima práctica con él/ella.
• Observas todo lo que tenga que ver con el movimiento del cuerpo (por ejemplo karate, gimnasia, patinaje sobre hielo, ballet) para inventar nuevos movimientos de salsa.
• Todo lo que haces te lleva a la salsa.
• Practicas tus giros cuando nadie te mira.
• Practicas el paso básico mientras esperas algo.

salsa1
• Practicas pasos mientras hablas por teléfono.
• Te convences de que 4 horas de sueño son más que suficientes.
• Perdiste unos cinco kilos por bailar tanto.
• Comienzas a gastar más dinero en ropa para bailar salsa que en ropa para trabajar.
• No te comprometes a ningún evento los viernes por la noche porque son noches de salsa.
• Tus amigos “anteriores” te abandonaron e hiciste nuevos amigos.
• Cuando dices “necesito mi dosis de la semana” no te refieres a drogas.
• Comienzas a hablar a 150 kilómetros por hora porque alguien se interesa en que a ti te guste bailar salsa.
• Solías ser tímido, pero ahora te gusta mostrarte siempre que puedes.
• Pasas el día visitando sitios de salsa en Internet.
• Tus zapatos están gastados por girar tanto.
• Haces lugar en tu habitación para poder bailar salsa allí.
• Te desesperas por practicar y bailas con un/a compañero/a imaginario/a.
• Te das cuenta de que lo único que hiciste en los últimos meses fue salir todos los fines de semana a bailar salsa y sientes que no fue suficiente.
• Te das cuenta de que lo único que hiciste en los últimos AÑOS fue salir todos los fines de semana a bailar salsa y sientes que no fue suficiente.
• Intentas contagiar tu adicción a tus amigos.
• Tomas un tema que no tiene nada que ver con la salsa pero de alguna manera manipulas la conversación para terminar hablando de ella.
• Decides que salir a bailar salsa es más importante que estudiar para ese gran examen.
• Decides que sólo te casarás con alguien que sepa bailar salsa.
• Cuando alguien dice la palabra salsa, no piensas en pastas.
• Te unes a todo grupo relacionado a la salsa en Facebook.
• Rechazas una cita porque coincide con tu noche de salsa.
• Cuando decides adónde ir de vacaciones, primero averiguas si en ese lugar hay dónde bailar salsa.
• Hombres: cuando ves a una buena pareja de baile (incluso profesional) no prestas atención a cómo es la mujer sino que te concentras en ver qué puedes aprender del hombre.
• Cuando escuchas que alguien dice 1,2,3 y tú piensas 5,6,7.

• Cuando la mayoría de tus amigos del Facebook son salseros/as.
• Cuando al planificar tu carrera profesional sólo consideras aceptar empleos en ciudades donde haya movida salsera.
• Rehúsas salir con alguien a quien no le guste la salsa.
• Negocias ropa/compañeros/noches de salsa con tu novio/a para evitar conflictos futuros.
• Cuando entras a un ambiente espacioso con grandes espejos, lo primero que piensas es: “Éste sería un buen lugar para practicar pasos de salsa”.
• En tu lista de compras ya no figuran ni el ajo ni la cebolla.
• Te lavas los dientes más de dos veces al día.
• Consideras que la salsa es el mejor juego preliminar.
• Discutes acerca de cuál es el mejor estilo de salsa.
• Todos tus amigos son salseros, pero no recuerdas ni la mitad de sus nombres.
• Tienes un ringtone especial para tus amigos salseros.
• Sólo compras zapatos que te sirvan para bailar.
• Jamás sientes que escuchaste suficiente salsa.
• Comienzas a bailar salsa con cualquier tipo de música (no se recomienda).
• Corres al baño cuando oyes merengue (o reggaetón) para evitar que alguien te saque a bailar.
• Hiciste nuevos amigos que comprenden totalmente tu adicción.
• Te aburres fácilmente cuando te invitan a fiestas o eventos que no tienen que ver con la salsa.
• Prefieres bailar a ver televisión.
• No recuerdas haberte divertido fuera de la salsa.
• Practicas giros en la cocina mientras esperas que se tueste el pan / hierva el agua / termine el ciclo del lavarropas.
• En el trabajo, duermes una siesta a la hora del almuerzo porque la noche anterior saliste a bailar.
• Cuando te encuentras con un grupo de amigos, lo primero que piensas es en una rueda.
• Cuando te vas de vacaciones tienes más información de los locales de salsa que de los monumentos a visitar.
• Miras MTV y no reconoces a ningún cantante porque hace tiempo que no escuchas otro tipo de música.
• Tu idea de la cita perfecta incluye ir a bailar salsa.
• Tu idea del infierno es el de un lugar donde no se baila salsa.
• La felicidad para ti es tener un poco de espacio en la pista.



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